12/3/07

Mouhannad Almallah manifestó que nunca estaría tranquilo hasta que cayeran las Torres KIO, según dos testigos protegidos

12-03-07 - EFE

La ex pareja de uno de los procesados en el juicio del 11-M, Mouhannad Almallah Dabas, y el hermano de ésta aseguraron hoy que el procesado les comentó que no iba a 'estar nunca tranquilo hasta que se caigan' las Torres KIO de la plaza de Castilla de Madrid.

Así lo manifestaron ambos en la décimo tercera jornada de la vista en sus respectivas declaraciones como testigos protegidos, en las que explicaron que en el local de la calle Virgen del Coro, que tenía alquilado Almallah Dabas y en el que vivieron dos de los acusados -Basel Ghalyoun y Fouad El Morabit-, se visionaban vídeos sobre la yihad y campos de concentración en Afganistán.

Antes de detallar lo que ocurría en esas reuniones, el hermano de la ex pareja de Almallah, recordó que una vez que pasaron cerca de las Torres Kio en 2002, el acusado le dijo: 'yo no voy a estar nunca tranquilo hasta que se caigan esas torres'.

El procesado también hizo este comentario a la que fuera su compañera sentimental, según declaró ella hoy, primera mujer que comparece como testigo protegido en el juicio, que aseguró que al oirle esa manifestación se asustó mucho porque 'eso estaba muy mal'.

Apuntó que cuando ella vivía en el local de Virgen del Coro vio vídeos yihadistas en los que había 'cosas muy raras' y explicó que en las reuniones, a las que dijo que acudían el suicida Serhane Ben Abdelmajid, 'El Tunecino', y el hermano de Mouhannad, Moutaz Almallah Dabas -imputado en el 11/M, entre otros, 'escuchaban canciones que llamaban a la yihad'.

La mujer, que dijo tener miedo porque le han amenazado de muerte, matizó que Almallah veía estos vídeos por la noche, hasta que se dormía, y señaló que cuando presentó el 12 de marzo de 2003 la denuncia contra él por malos tratos se los entregó a la Policía.

Según la testigo, a raíz de la denuncia, la Policía llamó a declarar a Almallah Dabas, con quien, a pesar de que ella dijo que era su marido y que se casó con él en la mezquita de la M-30 en Madrid, no contrajo matrimonio, ya que en el libro de familia, cuyo contenido se leyó en la sala, su estado civil figura como soltera.

La celebración de reuniones fue corroborada por el hermano de la testigo protegido, quien al igual que ella manifestó tener miedo, y señaló que 'Mouhannad hablaba siempre de eso', en referencia a la yihad, a radicales y a los problemas que había en Irak, Afganistán o Palestina.

Añadió que a esas reuniones también acudía Mustafa Maymouni, encarcelado en Marruecos por los atentados de Casablanca, y recordó que al grupo que formaban los denominó 'Hermanos de los Mártires', en el que 'El Tunecino' y Moutaz -que fue extraditado a España por Reino Unido el pasado jueves- 'estaban al mismo nivel' de liderazgo.

La ex compañera del procesado, que se quedó embarazada de gemelos, afirmó que tras una de las palizas que él le propinó acudió al hospital y cuando le informaron a Almallah de que su novia había perdido a uno de los niños éste exclamó: 'Qué bien, esto es un golpe para una mujer, como el golpe que recibieron los americanos en el 11-S'.


Hassan Aglif desconoce que hizo su hermano la tarde en que murieron los siete suicidas de Leganés

Europa Press

Hassam Aglif, hermano de uno de los procesados, Rachid Aglif, alias ‘El Conejo’, afirmó hoy ante el tribunal del 11-M que desconocía dónde se hallaba éste la tarde del 3 de abril, momento en el que se suicidaron siete de los terroristas que participaron en la masacre.

El testigo incurrió en ciertas contradicciones en relación con lo declarado en el verano del 2003 ante el juez de la Audiencia Nacional Juan Del Olmo, instructor de la causa, a éste respecto. De hecho, admitió no acordarse de haber declarado que su hermano cerró la carnicería que regentaban en el barrio de Lavapies porque “faltaba carne”. No obstante, afirmó que ‘Conejo’ cerró el 3 de abril sin darle explicaciones. También concretó que en la mañana de ese sábado Rachid Aglif estuvo todo el tiempo con su padre.

Además aseguró que es “imposible” que su hermano fuera lugarteniente de Jamal Ahmidan alias ‘El Chino’, uno de los siete suicidas de Leganés. “Es imposible que mi hermano fuera lugarteniente de Ahmidan, no me lo creo, sé muy bien lo que es mi hermano, y además, con la cabeza que tiene ‘El Chino’, ¿iba a tener de lugarteniente a un chico de 22 años?”, sentenció Hassan Aglif.

Sobre la relación entre su hermano y ‘El Chino’ indicó que los dos “eran conocidos” pero que sobre todo “mantenían una relación comercial”. El testigo también afirmó que “no cree” que ‘El Chino’ pudiera haber organizado el atentado.


Mouad Benkhalafa incluye a Basel Ghalyoun, Almallah Dabbas, Abu Dahdah o Amer Azizi en las reuniones organizadas en el río Alberche

Europa Press

El testigo Mouad Benkhalafa, imputado y finalmente no procesado en relación con los atentados, afirmó hoy que conoció a Sarhane Ben Abdelmahid Fakhet alias ' Serhane El Tunecino', uno de los suicidas de Leganés, en la Mezquita de la M-30. También detalló que acudió a dos reuniones organizadas en el río Alberche a las que acudieron 'El Tunecino', los hermanos Almallah Dabbas, el considerado jefe militar de Al Qaeda en Europa, Amer El Azizi, y Basel Ghalyoun. Concretó que en dichas reuniones se habló de recaudar fondos para 'Afganistán' y que si bien esta postura la expresó Azizi, todos los presentes se pronunciaron a favor.

También explicó que Ghalyoun 'estaba enfadado' con los regentes de la Mezquita de la M-30 porque en su opinión 'no eran verdaderos musulmanes'. Aclaró que el acusado reconocía como auténticos musulmanes a los islamistas de Afganistán y Chechenia y que Ghalyoun 'tenía pensamientos radicales'.

A preguntas del fiscal Carlos Bautista especificó que los que asistieron a esas reuniones del río Alberche entendían por 'yihad' 'actos violentos'. En su testimonio también reconoció que 'El Tunecino' le regaló algunos libros entre los que se encontraba una entrevista al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.

También afirmó que vio como el suicidado en Leganés Jamal Ahmidan, alias 'El Chino', consultaba páginas en Internet en un locutorio madrileño dedicadas a 'armas y cómo manejarlas'.

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