27/5/04

El discurso del Rey Juan Carlos I


A mucha gente no le pasó desapercibido que en el mensaje televisivo del Rey no fuera pronunciada ni una sola vez la palabra "ETA" mientras que en las comparecencias del ex Ministro del Interior, Ángel Acebes, era quizás la palabra más repetida.

Aznar realizó el 11-M al menos dos rondas de llamadas a periódicos informando de la autoría de ETA; el ex Portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, insistió en varias ocasiones en la misma línea; Mariano Rajoy en una entrevista publicada en varios periódicos el día de reflexión aseguró "que tenía la convicción moral" de que había sido ETA... sin embargo, el Rey no llegó a mentarla ni una vez en todo su discurso.

Pero no es ese el único misterio entorno al mensaje del Jefe de Estado. La cadena de televisión CNN internacional lo emitió a las 20.15 y las televisiones españolas no lo harían hasta media hora después, coincidiendo con el fin de la última comparecencia de Acebes en la cual se informaba de una nueva línea de investigación por la aparición de la furgoneta a las 10:50 de esa mañana, aunque de nuevo insistió en que la principal línea era la de ETA ya que el modus operandi y el explosivo era el habitual de ETA (lo cual resultaría no ser cierto.)

Todo indica que desde la Zarzuela se exigió para poder emitir en televisión el comunicado, que antes el Gobierno hiciera público lo que ya media España intuía: que las pistas se alejaban de ETA a medida que avanzaban las investigaciones.




Estas son las palabras con las que se dirigió a toda la nación el Jefe del Estado el día 11-M a las 20.45:

Palacio de la Zarzuela. Madrid, 11 de marzo de 2004

La barbarie terrorista ha sumido hoy a España en el más profundo dolor, repulsa e indignación.

Hombres, mujeres y niños, ciudadanos libres de todas las edades y ocupaciones, incluso de otros países, que se acercaban a sus destinos, escuelas y trabajos, se han encontrado brutalmente confrontados con la muerte y el sufrimiento.

Un escenario de pesadilla se ha apoderado de todos los hogares españoles para mostrar la cara más cruel y asesina del terrorismo.

En estos trágicos momentos, quiero hacer llegar a las familias de las víctimas mi más profundo afecto y el de toda Mi Familia. Con todos querría fundirme en un abrazo cargado de consuelo y tristeza.

Siempre estaremos con vosotros, con todos aquellos que sufren las consecuencias de una locura macabra sin justificación posible. Estos repugnantes atentados sólo merecen la más enérgica y absoluta condena.

También me dirijo a los heridos y a sus familias, para expresarles nuestro calor, nuestra cercanía y nuestro deseo de pronta recuperación.

Vuestro Rey sufre con todos vosotros, comparte vuestra indignación, y confía en la fortaleza y eficacia del Estado de Derecho para que tan viles y cobardes asesinos caigan en manos de la Justicia, y cumplan en prisión todas las penas que los Tribunales les impongan. Habrán de dar cuenta de sus crímenes, de forma irremisible.

Los servicios públicos y los ciudadanos de Madrid, siempre generosos, se han crecido en la tragedia para mostrar su entrega solidaria, su esfuerzo y colaboración.

Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad no cesan en su labor en defensa de nuestras libertades.

La España de buen corazón ha vibrado una vez más ofreciendo su ayuda material y apoyo moral.

A todos, nuestro agradecimiento más profundo.

El desaliento no está hecho para los españoles.

Somos un gran país, que ha demostrado con creces su capacidad para superar retos y dificultades. Un país que bien sabe que, frente a la sinrazón y la barbarie, sólo cabe la unidad, la firmeza y la serenidad.

Unidad, firmeza y serenidad en la lucha contra el terrorismo, con todos los instrumentos que nos proporciona el Estado de Derecho, redoblando nuestros esfuerzos conjuntos para terminar con esta lacra, contando con la acción policial, la labor de la justicia y la cooperación internacional.

Unidad, firmeza y serenidad por encima de las legítimas diferencias de opinión, en torno a la más firme voluntad de convivencia pacífica y democrática, que garantiza nuestra Constitución, expresión soberana del pueblo español.

En estas horas de inmenso dolor, los españoles estamos llamados, más que nunca, a reafirmar nuestra determinación de acabar con la violencia terrorista.

Que no haya duda. El terrorismo nunca conseguirá sus objetivos. No conseguirá doblegar nuestra fe en la democracia, ni nuestra confianza en el futuro de España.

No hay comentarios: